Windsurf en Pichidangui

fuente (http://www.chileturcopec.cl/blog/leyenda-playa-y-velas-en-pichidangui)

Cuenta la historia que hasta este balneario costero, distante 75 km de La Ligua, llegaba Catalina de los Ríos y Lisperguer, La Quintrala. Hoy, el lugar es famoso por su ambiente apacible y una constante brisa que convierte este destino en un punto de encuentro para los amantes del windsurf y kitesurf, entre otros deportes náuticos.

La bahía de Pichidangui se extiende por cerca de 5 km y junto a ella se desarrolla un hermoso bosque, espacio en el que se puede acampar libremente. El lugar es ideal para hacer trekking y tomar rumbo hasta la Cueva de La Quintrala, uno de los mayores atractivos de este pueblo. Está en la parte norte de la playa y desde ahí, asegura la creencia popular, Catalina de los Ríos y Lisperguer lanzaba al precipicio a todos aquellos hombres que la rechazaban.

Así es Pichidangui, un destino que mezcla historia, naturaleza y mucha actividad en torno al mar. Se encuentra distante a 407 km al norte de Santiago, donde, en verano, la temperatura máxima puede llegar a los 30 °C, y, en invierno, el termómetro bordea los 12 °C.

Se accede al lugar mediante la nueva autopista Santiago-Los Vilos y una vez en él, se aprecia una buena infraestructura turística, que incluye diversidad de restaurantes, hoteles, cabañas, residenciales, camping y hosterías.

Vida náutica

La playa de Pichidangui tiene arenas claras y resulta perfecta para paseos peatonales y recorridos a caballo.Cada tarde, sobre ella comienza a soplar un suave viento, transformando el lugar en escenario ideal para practicar parapente y también diversos deportes náuticos que se valen de la brisa, entre ellos, skysurf o kitesurf, windsurf y navegación a vela.

Desde la caleta local, a su vez, es posible iniciar paseos en bote o lancha, siendo uno de los destinos más entretenidos la Isla de los locos. Ésta se encuentra en el costado sur de la bahía y su nombre proviene del molusco que abundaba hace algún tiempo en el sitio. En ella no habitan personas y se conserva un ecosistema formado por diversas especies arbustivas, lobos marinos, chungungos, entre otros animales.

En torno a la caleta

En Pichidangui, también es usual la práctica de la pesca de orilla, además de la artesanal, siendo algunas de las especies más abundantes, el lenguado y la corvina.

Es muy común observar a los pescadores realizando sus faenas en la pintoresca caleta local, donde también hay opción de degustar exquisitos platos marinos.

Las mujeres de los pescadores, por su parte, ofrecen originales trabajos artesanales confeccionados con la piel de pescado. Y, a fines de junio, la caleta es el punto de partida para la llamativa procesión de botes que caracteriza la fiesta de San Pedro, el patrono de los pescadores. Esta colorida festividad religiosa incluye, en tierra, la presentación de cofradías de bailes chinos y la banda instrumental local. Luego, es el turno del desfile de embarcaciones engalanadas con ramas de palmera que navegan por la bahía llevando a bordo a turistas y lugareños que honran las figuras del santo patrono y de la Virgen del Carmen de Palo Colorado.

Seis hermosos espacios naturales

El humedal de Pichidangui es uno de los lugares más llamativos de la zona. Está a un costado del pueblo y hasta él llegan, desde el Hemisferio Norte, bellas bandadas de aves migratorias.

Al norte de Pichidangui, en tanto, se encuentran las playas de Totoralillo, Cascabeles y Ensenada, sitios donde es posible recolectar bellas piedras ágatas.

Otro atractivo natural es el cerro Santa Inés. Corresponde a la mayor altura frente a la bahía (aproximadamente, 700 m) y en su cumbre existe un microclima donde es característica la neblina. Tal humedad permite el desarrollo de un bosque parecido al que se encuentra en el Parque Nacional Fray Jorge, con especies como palo colorado, litre, peumo, boldo y olivillo, además de algunas hierbas como la salvia.

Para llegar a la cima, se cruza la Ruta 5 Norte y se asciende por un camino peatonal durante alrededor de hora y media.

El paisaje urbano de Pichidangui

Figura con bellas casas diseñadas con diferentes estilos arquitectónicos, destacándose el uso de la piedra laja en entradas, paredes y muros divisorios. La iglesia de Pichidangui es muestra de ello. Fue edificada por artesanos de la madera y la piedra en un promontorio rocoso y con un diseño que evoca una barcaza. Desde su interior, es posible oír el sonido de las olas y, gracias a sus paredes laterales, con enormes ventanales, también se aprecia una bella vista del océano.

Otro destino urbano es el Centro de Artesanías. Se trata del espacio donde artesanos asociados venden sus llamativos productos; entre ellos, figuran piezas de piedra combarbalita, cobre, cuero y conchas de molusco.

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